lunes, 27 de diciembre de 2010

Marilyn, mi regalo de navidad


En el hotel Ambassador, Nueva York 1955

Empecé a interesarme por ella siendo niña, viendo películas con mi abuelo. Hará unos seis o siete años mis padres me trajeron de un viaje a Nueva York un póster hecho de postales y un libro de fotografías suyas. El prólogo de éste era un cuento llamado A beautiful child (del libro Música para Camaleones de Truman Capote). Me apasionó. Me compré la biografía de Donald Spoto publicada por Anagrama. No sé si será la mejor, pero a mi me impactó. Está asombrosamente documentada al detalle y es muy introspectiva y poco complaciente. Con ella el glamour, el magnetismo y la belleza de la actriz quedaron en segundo plano para mí. Y se reveló en la imagen que tenía de ella una figura enfermizamente sensible e insegura, generosa, frágil y luchadora e inversimilmente bondadosa. Me enamoré de ella por segunda vez y con más fuerza.

Mi hermana me ha regalado estas navidades el libro Marilyn Monroe. Fragmentos. Poemas, notas personales, cartas (publicado en Octubre de 2010 por Seix Barral). Estoy muy emocionada con él, por tenerlo gracias a ella y por lo que significa.

Es genial el formato, hay fotografías de sus notas, algunas de ellas escritas en papeles de los hoteles en los que se alojó. Lo cual es bastante poético. Me refiero a ver una nota de tendencia suicida al lado del logo del Waldorf Astoria. En fin, en la página siguiente de la foto está el texto escrito en inglés y la traducción en español. Se agradece mucho ver su letra y tener el texto en el idioma en que se escribió para no perder ningún detalle. Hay cartas a amigos, pensamientos, poesías, listas para organizar la casa o su mente, notas de trabajo, hasta recetas de cocina...

Es bastante desalentador leer la vida de alguien tan adorable como desdichado, pero se siente una especie de alivio al ver que sus gritos de socorro salen por fin a la luz.

Seguro que iré posteando cosas que vaya leyendo, de momento os dejo ésta (no tiene título ni fecha):

Vida -
soy de tus dos direcciones
De algún modo permaneciendo colgada hacia abajo
casi siempre
pero fuerte como una telaraña al
viento - existo más con la escarcha fría resplandeciente.
Pero mis rayos con abalorios son del color
que he visto en un cuadro - ah vida
te han engañado.

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